Un día cierto famoso guerrero cruzó las puertas del jardín, vió a buda bajo un árbol meditando y fue a decirle -maestro, sé que en aquel momento de mi vida en el que supe que iba a morir frente a aquellos tres enemigos con sus armas tan cerca de mi corazón, cuando decidí que si iba a perecer me llevaría conmigo al mayor número posible de ellos y ví aquel resquicio que me permitió salir con vida tú me mandaste la iluminación, y despues tanto tiempo vagué preguntándome por qué, para qué, torturado sin hallar respuesta hasta llegar a aquel lugar en que he encontrado mi destino muriendo en la batalla para salvar a toda aquella gente...- y buda contestó: -verás hijo, sabrás que yo no soy el que creó esto, simplemente aprendí a descubrirlo, y si me preguntas acerca de eso, yo diría que fue todo casualidad- dijo sonriendo beatífico.