En ese preciso instante el público estallaba en aplausos. Con ello culminaba su actuación, y el salía corriendo hacia el camerino, sin pararse a recibir los abrazos de los técnicos ni los saludos de nadie que estuviese en el backstage.
Llegaba al camerino y de un portazo cerraba la puerta.
- Has estado genial cariño, como siempre.
Aunque no siempre había alguien en el camerino que se lo dijese, el sabia que siempre era así. Era genial.
No respondía y se metía de cabeza en la ducha. Y con el agua fría cayendo sobre su cabeza vomitaba nervios, pasión, miedo, y alcohol, mucho alcohol que salía por su boca casi con la misma fuerza que el agua de la ducha.
- ¿Estas bien?
No respondía, y se tumbaba sobre el sofá del camerino con la mirada perdida.
El público fuera coreaba su nombre y jaleaba para que volviese a salir.
- ¿Vas a volver a salir?
No respondía y se enderezaba, movía su cuello como evitando un dolor y respiraba lentamente.
- No merece la pena, el espectáculo ha terminado.
Con eso concluía su actuación, era el final de la actuación. No había nada mas que hacer, era imposible superarlo, y no se veía con fuerza para repetirlo.
Esta vez, ella salía de la habitación para avisar al manager que el había concluido la actuación. El aprovecho el momento para cerrar con pestillo la puerta del camerino.
Era su momento.
Ella volvía y golpeaba la puerta.
- ¡Ábreme! ¿Estas bien? ¿Quieres algo?
No respondía y volvía a la ducha, ahora desnudo sentado en el suelo de la ducha y el agua cayendo podía descansar.
Esta historia de mierda termina aquí, a falta de un disparo, una sobredosis, o cualquier otro final trágico que engrandezca la triste vida de un transformista que culminaba sus actuaciones consiguiendo autopenetrarse con su puño.
transformers
Posted by: ridar en: 27 de Junio 2006 a las 06:56 PM Escribe un comentario